En los últimos años, las pequeñas y medianas empresas se han preocupado por tener una correcta asesoría legal, aunque sigue siendo uno de los asuntos de bajo perfil en su jerarquía de prioridades.
La importancia de la asesoría legal en las Pymes radica en sentar las correctas bases de la empresa para forjar – justamente a partir de cimientos legales sólidos – toda una estructura acorde a ello, que le permita funcionar sin inconvenientes en el futuro.
“El sector Pyme necesita estar tan informado y protegido como las grandes corporaciones, así se igualan las posibilidades”, expresó Luis Folena, abogado asesor del Departamento de Asistencia a Pymes (DAP).
En este sentido, el marco legal debe ser establecido desde el nacimiento de la empresa, desde cómo establecer las reglas del juego, cómo actuar, cómo plantarse en el mercado, hasta en qué condiciones contratar a los empleados y cómo actuar frente a accidentes de trabajo.
El servicio de asesoría también interviene a la hora de decidir sobre cuál es la mejor forma jurídica para constituir la empresa (como sociedad de personas o capitales); así como también, para definir las responsabilidades de cada uno de los socios y la forma en que se distribuyen las ganancias o, en caso de que fracase el negocio, cómo se va a disolver.
Cuando una Pyme nace, legalmente hablando, lo primero que debe hacer, es determinar cuál va a ser el negocio y realizar una especie de “constancia de ello”. Luego debe constituirse como una sociedad, por lo que debe reunir ciertos requisitos (permisos, aprobaciones, actas y autorizaciones), desde aquí es donde juega un rol importante la asesoría legal.
El principal problema jurídico que presenta la mayoría de las pequeñas y medianas empresas es que llegan a buscar asesoría tratando de resolver los problemas, en vez de prevenirlos.
En Estudio PAR se considera que es vital y necesaria la Asesoría Legal en al ámbito de las Pymes, toda vez que beneficia el desarrollo de las mismas previendo situaciones, que puedan suscitarse en sus diferentes áreas. Por eso, resulta fundamental un correcto acompañamiento por parte de un abogado en el día a día de la empresa. Así, puede darse un trabajo meramente preventivo, no curativo.
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